domingo, 21 de diciembre de 2014

Madrina-Ahijada

Bueno, hoy voy a escribir de dos personas que me cambiaron la cabeza, el mundo y la vida.

Están esas personas que aparecen en el camino, dejan algo y se van. Están esas personas que aparecen en el camino y se quedan, sin marcar demasiado, discretas. Están esas personas que aparecen, marcan mucho y se mantienen así para el resto de tus días. Del ultimo tipo creo que son estas dos personas de las que voy hablar hoy. 
Una, es de esas personas con las que te encariñas en cinco minutos, pero en nuestro caso fue mas que un cariño, es amor. Es amor de hermanas, de amigas...
La conozco hace un poco mas de dos meses y siento que esta conmigo desde siempre. Se que se deben imaginar que soy de esas minitas que a la semana de conocerte te dicen "te amo", pero no es así. Cuido esas dos palabras combinadas como a nada, porque realmente tienen un valor importantisimo para mi.
Juro que quiero a esta chica como a pocas personas en mi vida y realmente toda nuestra relación empezó hace poco mas de sesenta días.
 A veces se me ocurre pensar que la vida no es muy buena conmigo, es mirarla, mirar la magia que hizo Dios con nosotras y sentir como un abrazo de su parte cura tanto, lo que me hace dar cuenta, nuevamente, que mi teoría de que la vida te saca algo y te lo devuelve multiplicado, es real. 
Sin dudas podría apostar mi vida hoy mismo a que va a estar conmigo para siempre, a que va a ser en mi vida y yo en la suya. Me da paz y me hace inmensamente feliz y eso, no es poca cosa.
La otra, es una amiga, entro este año en mi curso, pero yo la había conocido en la profesora particular de matemática en el verano, lo cual me parece una locura y ustedes, si conocieran toda la historia, opinarían lo mismo. 
Esta chica, me dio en su vida un lugar demasiado importante y aunque a veces dudo de poder ocuparlo bien, voy a dar todo de mi para hacerlo.
Mientras calladas, nos decíamos tanto, estaba pasando. Y cuando fue, alcanzaron unos mensajes de whatsapp para hacerme mas que feliz y no por un ratito, sino que para toda la vida. La amo tanto como a mis amigas de años y me encanta acompañarla de esta manera. Al igual que la anterior, verla me hace dar cuenta de lo agradecida que puedo ser de lo que me toca. 
Ambas personas me regalaron sentimientos que nunca había sentido de la misma manera y compartimos algo único. que no tantas personas al rededor tienen.
Con ellas soy infinita. Y feliz. 

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